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una noticia publicada en iAgua, que muestra los resultados de una tesis
doctoral, realizada por Javier Fluixá y dirigida por Ignacio Escuder. Dicha
tesis desarrolla una metodología integral que permite reforzar la resiliencia
de las presas frente a eventos extremos y priorizar las inversiones en medidas
de reducción de riesgos.
“La incorporación
de los efectos del cambio climático sobre la seguridad de presas es fundamental
en el futuro de la gestión de este tipo de infraestructuras. Las
presas son sinónimo de progreso, bienestar social y calidad de vida por lo que
es necesario adaptar
sus estrategias de gestión a medio y largo plazoe incluir la
incertidumbre asociada a los nuevos escenarios climáticos”.
Esta es la principal
conclusión alcanzada por el investigador del centro de
investigación suizo CREALP (Research Center on Alpine Environment), Javier Fluixá Sanmartín, en su
Tesis Doctoral "Adaptation strategies of dam safety management to new climate change
scenarios informed by risk indicators", dirigida
por el investigador del grupo
de Ingeniería de Recursos Hídricos del IIAMA-UPV (Instituto de Ingeniería del Agua y Medio Ambiente de la
Universitat Politècnica de València), Ignacio Escuder.
El estudio parte de la realidad de que las presas son infraestructuras
críticas cuyos beneficios van más allá de la producción hidroeléctrica;
también proporcionan protección frente a avenidas, un suministro de agua fiable
y una adaptación al cambio climático como ninguna otra fuente de energía
renovable. En este sentido, una gestión adaptada de su seguridad debe cumplir
los criterios de resiliencia y sostenibilidad en el futuro, especialmente
teniendo en cuenta los efectos del cambio climático.
“Tradicionalmente, la
gestión del riesgo y la definición de estrategias de adaptación en la toma de
decisiones han asumido la invariabilidad de las condiciones climáticas,
incluida la persistencia de patrones históricos de variabilidad natural y la
frecuencia de eventos extremos. Sin embargo, se espera que el cambio climático afecte de
forma importante a los sistemas hídricos y comprometa la seguridad de las
presas, lo que puede socavar su correcto funcionamiento”,
destaca el autor de la tesis doctoral, Javier Fluixá.
En este contexto, la investigación desarrolla una metodología
práctica que permite cuantificar
de forma global y estandarizada el impacto del cambio climático en la seguridad
de las presas y diseñar estrategias de adaptación, que incorporen la no
estacionariedad de los escenarios futuros.
“El objetivo de este estudio es reforzar la resiliencia de las presas frente a eventos extremos y
priorizar las inversiones en medidas de reducción de riesgos.
La España actual no se podría entender sin el actual sistema de presas, ya que
no seríamos capaz de abastecer a 46 millones de personas y sectores tan
significativos como la agricultura, industria y turismo no estarían tan
desarrollados”, afirma Ignacio Escuder.
Características de la metodología
desarrollada y caso de estudio
La metodología desarrollada se basa en las técnicas de análisis de riesgos
aplicadas a la seguridad de presas, y en particular en el uso
de los modelos de riesgo. Con estos modelos es posible evaluar el efecto del cambio
climático sobre cada componente de la seguridad de una presa.
“La técnica incorpora
de forma integral los efectos del cambio climático sobre la seguridad de presas,
establece un enfoque a largo plazo sobre su gestión y opta por medidas de
adaptación robustas que integren la incertidumbre asociada a los diferentes
escenarios climáticos”, explica el Dr. Fluixá Sanmartín.
En este sentido, su director Ignacio Escuder resalta que esta metodología está concebida
de una forma “más global respecto de otros estudios” que
evalúan los impactos por separado, o tienden a centrarse en aspectos
específicos como las solicitaciones hidrológicas, relegando o ignorando otros
aspectos de la seguridad.
“Este es un estudio
innovador y multidisciplinar que integra componentes climáticas, de
modelización hidrológica, tratamiento de datos, evaluación del riesgo de
presas, y gestión de la seguridad. Los resultados aportan nueva información respecto
de estudios anteriores, como por ejemplo sobre la futura evolución de los riesgos
de la presa y sobre la manera de adaptar las decisiones en términos de gestión
de su seguridad”, señala el Dr. Escuder Bueno.
De hecho, esta metodología
se implementó sobre un caso de estudio real y supone la primera
aplicación documentada de un análisis exhaustivo de los impactos del cambio
climático sobre el riesgo de rotura de una presa. Por tanto, sirve como marco de referencia
para la definición de estrategias de adaptación a largo plazo y la evaluación
de su eficiencia.
“Los resultados indicaron que en la mayoría de los escenarios futuros se espera un deterioro del
riesgo en comparación con el nivel de riesgo actual. No
obstante, los efectos varían en función del escenario climático estudiado y en
ocasiones se pueden obtener riesgos futuros menores”, sostiene el autor del
estudio.
El impacto del cambio climático en el
sistema de presas
Los efectos del cambio climático se perciben en múltiples
ámbitos relacionados con el medio ambiente, como los aumentos de temperatura o
la fusión de glaciares, hasta los más extraordinarios como la ocurrencia de
eventos extremos en forma de inundaciones y sequías.
Bajo este prisma proliferan estudios que analizan estas
componentes, pero
se ha investigado relativamente poco sobre los efectos que el cambio climático tendría
sobre la evaluación de la seguridad de presas y principalmente sobre su
gestión.
“Dada la importancia de estas infraestructuras para la sociedad,
su fallo o mal funcionamiento
acarrearía importantes consecuencias en términos económicos y sociales, pero
también por la pérdida de los beneficios que aportan: suministro de agua,
producción eléctrica, o control de inundaciones. Por tanto, la
metodología desarrollada buscar ayudar a tomar decisiones robustas,
justificadas, y con una mayor eficiencia económica a largo plazo”, afirma el
investigador valenciano.
En este sentido, para Javier Fluixá el cambio climático no es tanto
un riesgo añadido, sino más bien un desestabilizador que cambia las reglas de
juego que se utilizaban hasta ahora para evaluar cómo debe
gestionarse la seguridad de una presa.
“Las técnicas de cálculo utilizadas, los procesos de apoyo a la
toma de decisiones y también nuestra forma de entender y abordar los riesgos
futuros, deben adaptarse
a la nueva realidad impuesta por el cambio climático”, declara
el Dr. Fluixá Sanmartín.
La fuerte incertidumbre asociada a los escenarios climáticos provoca
que no se puede determinar a
priori “en qué sentido una presa se va a ver afectada, pero sí que
queda patente que los
impactos van a cambiar con el tiempo y se deben tener en cuenta para tomar
decisiones eficientes a largo plazo”.
Finalmente, ambos investigadores resaltan que “las presas son nuestra gran
baza frente a cambio climático, pues nos permiten regular un
recurso hídrico cada vez más escaso y torrencial, nos permiten avanzar en la
transición energética y protegen frente a inundaciones ligadas al incremento de
fenómenos extremos”.
Noticia obtenida de iAgua